martes, 1 de diciembre de 2009

Accidente

El domingo día 29 tuve un accidente de coche del que salí vivo, pero bastante magullado. Sin nada roto, pero bastante jodido muscularmente. Estaré unos días sin poder ir a correr. Espero que en menos de una semana pueda volver a moverme con normalidad y sin ningún dolor. Escribí un mail a parte de mis amigos. Este es un extracto. Supongo que, si no se me conoce, hay referencias que no se entienden:

El Barça ya había acabado y llevé al tío de la Gisela, su prima y a ella misma a casa en coche. Tras charlar un rato con sus padres en casa me decidí a coger el coche de vuelta a Barcelona. No pensé en ningún momento en el Dani, que también tenía que volver a casa. Me alegro de ello, pues no me hubiese gustado que pasara por lo que pasé minutos más tarde.


Eran las 21:30h más o menos y me disponía a volver a casa por el camino de siempre. Voy por la carretera que lleva hasta Caldes, me incorporo a la N-II y desde allí la AP7 hasta BCN. Tras unos diez minutos conduciendo, en la carretera de Caldes, vino hacia mi una curva que habré hecho decenas de veces. Es una curva que en su fase final se cierra bastante. No iba muy rápido, pero hubo un factor que no tuve en cuenta para nada desde que cogí el coche: había llovido. Es una carretera secundaria poco cuidada y llena de polvo y tierra, que unida a la lluvia hizo que mi coche empezara a patinar. Pensé que inmediatamente el coche volvería a coger adherencia, pero no fue así. Empezó a dar tumbos e intenté equilibrarlo con golpes de volante hacia un lado y otro. El coche siguió descontrolado y parecía que cada vez iba más rápido. Fue en ese momento cuando tuve claro que iba a chocar en cualquier momento o me iba a salir de la carretera. El accidente era inevitable. Cualquier pequeño gesto que hiciera mal iba a provocar mi propia muerte o me iba a salvar. La solución era acelerar para que el coche cogiera de nuevo agarre, pero en esos momentos mi acto instintivo, y el que acabó de joderlo todo, fue frenar. En ese momento el coche dejó de tener adherencia al suelo con las ruedas bloqueadas sobre la lluvia y perdí la noción de dónde estaba. Empecé a notar golpes y un vaivén que acabó con un duro golpe de aterrizaje. El coche había dado una vuelta de campana y había ido a parar a la cuneta. Estaba vivo.


Miré hacia abajo y comprobé que todo estaba bien en mi. Salió humo del motor y noté como mi aliento se volvía metálico. Me dolía la parte posterior izquierda de la cabeza. En ese momento no noté ningún otro tipo de dolor, supongo que por la adrenalina. Apagué la radio, puse el freno de mano y quité las llaves del contacto. Suspiré y miré a mi alrededor aturdido, pero consciente. No había nada en su sitio, pero yo estaba bien. Di gracias por no haber muerto o haberme herido de gravedad. Saqué el móvil del bolsillo y llamé a la Gisela. No contestaba al móvil. Llamé a su casa y contestó su madre. "No us espanteu, tranquils, estic bé. No us espanteu, he tingut un accident. Tranquils, estic bé. Estic a la carretera de Caldes". Salí del coche por mi propio pie y un conductor que iba unos metros detrás de mi, un chico joven, me preguntó si estaba bien y me dijo que me sentara. En ese momento me dio por ordenarlo todo. Saqué mi bolso del asiento del copiloto y llevé todo al maletero. Me senté en el maletero y mis pies se humedecieron en el fango. Pensé en lo que supondría todo lo que había pasado.


Recuerdo la conversación con el chico. Me dijo "ha sigut bastant espectacular, però veig que no ha passat res". Él se encargó de llamar a la policía. Pasaron unos diez minutos hasta que llegó la policía local, que empezó a hacerme preguntas para ver si estaba lúcido o si había perdido la noción del tiempo o la memoria. Contesté a todo lo que me decían tranquilizando a la gente. Tras la policía vino la Gisela con sus padres. Ella corrió hacia mi llorando y me abrazó. Intenté tranquilizarla. Al fin y al cabo, no había pasado nada. Llamé a mi madre para avisar de lo que había pasado e intentar que no se pusiera nerviosa. Un par de minutos más tarde apareció una ambulancia. Me hicieron entrar y chequearon mi presión arterial, el azúcar, las pulsaciones, etc., además de varias preguntas sobre mi estado y mi persona. Vieron que estaba bien y me preguntaron si quería ir al hospital a hacerme una revisión. Contesté que no hacía falta, aunque si ellos me lo recomendaban, les haría caso. Me explicaron que a pesar de encontrarme bien, había sufrido un "accident d'alta intensitat" y me hicieron hablar con otro doctor por teléfono que insistió en que fuera a hacerme una revisión. Era la mejor opción para descartar daños internos y no tener que ir a las cuatro de la mañana a urgencias, así que accedí.


Mientras estaba sentado en el coche meditando sobre lo que había pasado, pensé que nunca más volvería a ser yo mismo. Había estado a punto de morir y creía que me tomaría la vida de otra manera, que nunca más volvería a sonreir. Doy las gracias al chico de la ambulancia que estuvo hablándome todo el camino y que me volvió a hacer reir.


Pasé menos de una hora en el hospital. Me hicieron radiografías y me pasearon en silla de ruedas sin dejar que me levantase. Me he hecho un chichón en la cabeza y daño en la espalda, cuello y hombro. Al final, me recetaron un antiinflamatorio fuerte y un relajante muscular para las noches. Me dieron también un collarín para el día siguiente, ya que decían que iba a levantarme con fuertes dolores. No sé si ha sido por las pastillas o qué, pero no necesito el collarín, de momento, y estoy ya en casa. Pasé la noche en casa de la Gisela, claro.

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