martes, 18 de enero de 2011

Obsesión

Cuida su dieta con una obsesión secreta casi enfermiza. Los resultados no saltan tanto a la vista como le gustaría, pero no puede esforzarse más. No puede dar más de si. Los ataques de madrugada a la nevera o al cajón de los dulces no le dejan obtener mejores resultados en su figura. A la mañana siguiente, llena de culpabilidad, no osa mirarse al espejo sin despecho. Siente asco de si misma. Se levanta una hora antes de lo previsto y se pasa tres cuartos de hora en la bicicleta estática pedaleando sin parar antes de desayunar. Un ahora más tarde, entra en la oficina mostrando la mejor de las sonrisas posible. Va ataviada con el jersey más grueso que ha encontrado en el armario para tapar los michelines de culpabilidad.

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